Dentro de la cueva no se está tan mal... pa que salir.

Me he asomado esta mañana y hace frío, así que creo que me vuelvo adentro y echaré otro leño al fuego. Como sigo estando bajo mínimos tendré que salir a por algún mamut, tigre-sable, corneja, menú del día, o lo que se ponga.
Quien me lo iba a decir a mi, que me considero un neo-gañán-pseudo-troglodita venido a menos desde muy poquito, a mitad de camino, pero sin serlo, entre un zopenco galaico-zamorano y un pardillo cuasimanchego-mostoleño de pro, encandilado eso sí por los callos a la madrileña, la cecina, el queso, el buen vino y el también el malo, aunque este último me pasa como con el unicornio: que todavía no he visto ninguno. Quien me lo iba a decir, que me despisto, cuando pastaba por los praos de la impaciencia que un día iba a llegar en el que tendría mi propia cueva. Aquí se está agusto y calentito, huele mal y yo no he sido, pero estoy contento a pesar de que no me acostumbro a los coscorrones contra las estalactitas, que por otra parte me vienen de najas para colgar el embutido.

Desde mi cueva-ático-dúplex  todo exterior orientación sur últimas unidades tengo unas buenas vistas,  no me puedo quejar. Ahora desde la boca de mi cueva lo veo todo más claro, claro está que es de pago y bien caro que me cuesta, pero la cuestión es que me gusta asomarme pa mirar y en el mejor de los casos ver.

Es mi primera entrada en blog  y como no se me ocurren mas tontás será mejor dejarlo por hoy,,,